domingo, septiembre 14, 2025

Rolando Revagliatti. Que me tuvo no


 Que me tuvo no


En una sola ocasión soñé que yo no era

en una sola ocasión soñé que yo no era quien soy

que yo no era un animal fabuloso

un animal animado por la fábula


En una sola ocasión soñé careciendo

de mis tradicionales atributos

una sola vez me soñé intrascendente:

un sujeto cualquiera redactando

un simple texto referido

a un sueño que me tuvo no

como animal fabuloso.


Rolando Revagliatti, Buenos Aires, 1945

De Habría que abrir, Leviatán, Buenos Aires, 2023

martes, agosto 26, 2025

Mercedes Álvarez. Me cansé

 


Me cansé de que todo fuera tan perfecto
y de que el clima hablara por si solo
día tras día de calidez
la nobleza de los materiales ardiendo
frente a un éxodo de personas y dinero.
Me dije la tierra no tiene vínculo
para algunos el optimismo es una idea
como cualquier otra
una mera ocurrencia
un viaje
en estas épocas, al cambio, conviene Europa.
El tiempo es sagrado, las vacaciones un derecho
son cosas que piensan los magnates de pequeño almacén
abajo de los cocoteros.
La ocurrencia de turno trastoca el día
el tiempo se pierde fácil
se los digo sin mucha duda;
las ideas se gestan en las sombras
en duermevela
abajo del agua del matinal.
De fondo, la muerte
agita el pelo.
Mañana no me llamen
Hago silencio
me rindo.

Mercedes Álvarez, Tandil, 1979
Inédito

Alice Walker. El árbol de la vida ha caído


El árbol de la vida ha caído

El árbol de la vida
ha caído sobre mi pequeña casa.
¡Pensaba que era mucho más grande!
Pero no lo es.
Allá a lo lejos veo las montañas
inmóviles.
El espectáculo de la vasta extensión de agua ante mí
es soberbio.
Mi barco es magnífico y aún doy órdenes a su capitán;
no he aprendido a navegar.
Pero voy a la deriva
sin mi árbol de la vida
que ha caído pesadamente
sin elegancia ni piedad
sobre este pequeño lugar.
Para el dictador que parte, a perpetuidad.

Alice Walker, Eatonton, Georgia, 1944
en "The World Will Follow Joy: Turning Madness into Flowers", The New Press, Nueva York, 2013. Versión de Jonio González.
Vía Jonio González

THE TREE OF LIFE HAS FALLEN...
The tree of life
has fallen on my small house.
I thought it was so much bigger!
But it is not.
There in the distance I see the mountains
still.
The view of vast water stretching before me
is superb.
My boat is grand and I still command the captain
of it; not having learned myself to sail.
But I am adrift
without my tree of life
that has fallen heavy
without grace or pity
on this small place.
For the departing dictator, in perpetuity.

sábado, agosto 23, 2025

Sylvia Plath. Secuela


 Secuela

Impulsados por el imán de la calamidad

merodean y miran como si la casa 

quemada fuera de ellos, o como si pensaran

que en cualquier momento algún escándalo pudiera escurrirse

de un armario asfixiado por el humo;

ni muerte ni heridas prodigiosas

sacian a estos cazadores de vieja carnaza,

de rastro de sangre de tragedia austera.


Madre Medea con su túnica verde

se mueve humilde como cualquier ama de casa por

sus estancias en ruinas, haciendo el inventario

de zapatos calcinados, de tapicería empapada:

privada de la pira y la tortura,

la multitud le sorbe la última lágrima y le vuelve la espalda.


Silvia Plath, Boston, 1932- Londres, 1963

De The Colossus and other Poems, en Sylvia Plath, Mondadori, 1999

Traducción de Eli Tolaretxipi


Aftermath

Compelled by calamity's magnet
They loiter and stare as if the house
Burnt-out were theirs, or as if they thought
Some scandal might any minute ooze
From a smoke-choked closet into light;
No deaths, no prodigious injuries
Glut these hunters after an old meat,
Blood-spoor of the austere tragedies.

Mother Medea in a green smock
Moves humbly as any housewife through
Her ruined apartments, taking stock
Of charred shoes, the sodden upholstery:
Cheated of the pyre and the rack,
The crowd sucks her last tear and turns away.

Cesare Pavese. He caído a tu lado


He caído a tu lado 

Te quedaste en silencio con los ojos cerrados.

Te besé la nuca

y casi no sabía.

Estoy triste, angustiado

no sé decirte nada más.

¡Oh me parece que no quieres más!

Es tan triste este momento.

Tengo miedo de que todo haya terminado.

No me dices nada más.

Estoy terriblemente solo

y abatido.

Al menos antes esperaba 

y temblaba, ignorando.

Ahora no sé

pero estoy enfermo,

muy enfermo.

¡Oh cómo me dejó solo

tu beso!

Recuerdas, niña:

"Sin una mujer a quien guardar en mi corazón,

nunca la tuve y nunca la tendré. Solo; exhausti

de inmensos deseos..."

Siento que vuelvo a ese infierno,

cuando escribí esos versos.

Pero entonces ya estaba resignado.

Ahora tengo un terrible veneno en mi sangre

y el asco del cigarrillo

que fumé para soñar contigo

me revuelve la garganta.

¿Ya no sientes nada?

Oh tu ternura

de esta tarde maldita

me devolvería la vida.

Pero no me dijiste nada más

y me parece que será así para siempre.

¡Oh no podía creer

que fuese amado!

Tener una mujer,

un cuerpo vivo, un alma,

un corazón humano pobre y divino

que soñó conmigo.

Sin embargo,, eso esperaba.

Lo esperaba a tu lado,

en los dulces besos,

en las palabras tranquilas

que mueren de ternura.

Lo que pensé en mi corazón ardiente

temblando por tu sonrisa.

Oh, si fuera un espasmo,

si pudiera gritar

todo convulso

como lo he hecho muchas veces

antes de tus besos,

pero no, es un dolor cansado,

que envenena mi sangre

con las náuseas del tabaco

y el asco

y la incertidumbre.

Volver a vivir una vida oscura ahora

estéril, cansada,

después de ese paraíso

ya no puedo, no puedo.

Necesito tenerte a mi lado

y abrazarte

y verte sonreír

y llorar y soñar

y cerrar los ojos

a tantos besos

y volver a decir palabras 

para mí solo.

¡Oh, qué náuseas, qué angustia tan horrible!

Sólo abrazado a ti

puedo seguir con vida.

Será egoísmo sin amor,

me avergonzaré,

pero te ruego que me dejes escuchar otra vez

tu hermoso amor,

hazme creer de nuevo,

con tu cabello desvastado

con tus bajos párpados oscuros

como violetas marchitas,

que no soy un mendigo en la vida

rechazado por todos.

Hazme olvidar eso

en tus besos divinos.

Oh niña si supieras lo mucho que sufrí

cuando no me dijiste nada esta noche.


[noche del 30 de agosto de 1927]


Cesare Pavese, Santo Stefano Belbo, 1908- Turín, 1950

De Poesía completa, traducción de Jorge Aulicino, Barnacle, Buenos Aires, 2025


Ti son caduto accanto

Tu stavi muta colle ciglia chiuse. Ti baciavo la nuca e quasi non sapevo. Sono triste, angosciato, più nulla ti so dire. Oh mi pare che tu non voglia più! E’ tanto triste adesso quell’istante. Ho paura che tutto sia finito. Non mi dici più nulla. Sono solo terribilmente solo e avvilito. Prima almeno speravo e trepidavo ignaro. Ora non so, ma sto male tanto male. Oh come mi ha lasciato solo il tuo bacio! Tu ricordi, bambina: «Senza una donna da serrarmi al cuore mai l'ebbi e mai l'avrò. Solo; stremato da desideri immensi...» Mi par di ritornare in quell’inferno quando scrivevo quei versi. Ma allora ero già tanto rassegnato. Ora ho nel sangue un veleno terribile e il disgusto del fumo che ho respirato per sognare di te mi rivolta la gola. Tu non senti più nulla? Oh una tua tenerezza in questa sera maledetta mi ridarebbe la vita. Ma tu non mi hai detto più nulla e mi pare vorrai così per sempre. Oh non potevo crederlo di essere amato! Di avere una donna, un corpo vivo, un’anima, un povero e divino cuore umano che sognasse di me. Eppure l’ho sperato, accanto a te l’ho sperato, nei baci dolci, nelle parole sommesse moribonde di tenerezza. L’ho ripensato nel cuore ardente trepidante di un tuo sorriso. Oh se fosse uno spasimo, se potessi urlare tutto sconvolto come ho fatto tante volte prima dei tuoi baci, ma no, è una sofferenza atroce ma stanca, che mi avvelena il sangue con la nausea del fumo e il ribrezzo e l’incertezza. Tornare adesso a far la vita buia sterile, stanca, dopo tutto quel paradiso non posso più non posso. Ho bisogno di averti d’accanto e di stringerti a me e vederti sorridere e piangere e sognare e socchiudere gli occhi a tanti baci e ridirmi parole per me solo per me solo. Oh che nausea che angoscia orribile! Solo più stretto a te posso reggere in vita. Sarà egoismo senz’amore, me ne vergognerò anche, ma ti supplico fammi ancora sentire il tuo amore bello, fammi credere ancora coi tuoi capelli devastati, colle tue palpebre scure abbassate come viole appassite, che io nella vita non sono un mendicante rifiutato da tutti. Fammi dimenticare questo nei tuoi baci divini. Oh bambina se tu sapessi quanto ho sofferto quando stasera non mi hai detto nulla.

viernes, agosto 22, 2025

Jonio González. soneto

 


llamaría distinto al pasado

no desde la tiranía de la mañana.


Sin vacilar ante los labios

oscuros de la muerte


te daría un nombre

del más áspero sentido


hocico erizado

de ansia y de pasión


astro infinito

que siempre recomienza.


Jonio González, Buenos Aires, 1954, reside en Barcelona

de Muro de máscaras, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1987

jueves, agosto 21, 2025

Irene Gruss. Poema I

 



I

Le hablo a la pared.

Hay quien escribe poemas

en un muro y luego se despide, tira

la carbonilla a un lado.

Lo mío es hablarle siempre a la pared,

antes de que la derrumbe un fuego

o el tiempo simple.


Ah, ilusa,

empecinada en atender lo que calla,

lo que dice.


Irene Gruss, Buenos Aires, 1950-2018

De La pared, Editorial Nudista, Cosquín, 2012

miércoles, agosto 20, 2025

Raúl Gustavo Aguirre. La novelita rosa



 La novelita rosa

Extrañamente, te extrañaba,

en la ciudad indiferente,

en el frío y la lluvia que antes eran

pretextos fabulosos.


Había mucha gente, pero nadie

con quien hablar, que comprendiera nada.

Había mucha gente en la calle desierta

y yo qué sé: silbaba,

te daba besos, te seguía,

incapaz de vivir sin la novela,

la novelista rosa de mi amor

que yo me escribo y yo me vendo.


1979


Raúl Gustavo Aguirre, Buenos Aires 1927- Olivos 1983

De La estrella fugaz, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1984

lunes, agosto 18, 2025

María Teresa Andrueto. I. Hablamos de Ayer


 I

hablamos de Ayer,

                             de tu rincón

del Ubajay con sisiríes y garzas


(en el arrozal/una garza

una garza sola/ una garza)


tenías en otro tiempo un corderito,

y se lo llevó el río

             (¿o aquella casita blanca?


Ahora

                 ni el grito de los teros

                 ni sus pequeñas alas


estoy preparando la huida, decís,

y yo no sé hacia dónde iremos

con el cuerpo o la cabeza

esta mañana


Levantamos los vasos,

                  la jarra

                  entorna al agua

pero qué celebrar

por el televisor pasa el entierro

de Arafat

              Abu Ammar

                     Abu Ammar

pasa el entierro de Arafat


 (si la mecedora fuera un ala

          si el ala fuera una flor)


              si la mecedora fuera

un ala, prepararíamos la huida

para dos.


María Teresa Andruetto,

de Poesía Reunida, 'Hoy', Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2019

Mercedes Álvarez. Un mantel que cae

 



Un mantel que cae

del balcón a una rama puede considerarse

una pequeña tragedia cotidiana.

Cada cosa tiene su historia, cada objeto es

un símbolo, un modo de seguir

hablando con los muertos.

El mantel, por ejemplo, perteneció a mi abuela,

y era difícil hablar con ella. Probablemente dejé de hacerlo

incluso antes de que muriera.

Pero las cosa agitan las sensaciones

¿quién bordó la flor, el punto, la decoración tan perfecta?

Mi abuela cantaba

una vieja canción española que yo aun canto, en ratos

   de aburrimiento, o mientras hago 

otra cosa.

De modo que todavía hablamos, ¿no?

mientras el mantel sigue incrustado

en esa rama de la que no cae.

Pasarán día y lluvias, pasarán palomas y vientos

pasará la humedad, como la que infecta la pared,

-otra pequeña tragedia cotidiana-

la muerte de la albahaca en la maceta. Son símbolos

pero las interpretaciones las ponemos nosotros

cosiéndoles casi siempre

ribetes sentimentales en los bordes.

Bueno, no he dejado de contar con los muertos

es una vieja costumbre

aunque nada comparado

al calor de los vivos.


Mercedes Álvarez, Tandil, 1979

de La naturaleza detrás de la maceta, Liliputienses, España, 2022